lunes, 7 de febrero de 2011

ANALISIS DEL ENSAYO SOBRE ETNIAS GUATEMALTECAS

ANALISIS DEL ENSAYO SOBRE ETNIAS GUATEMALTECAS
            El autor del ensayo basa su análisis descriptivo sobre las etnias guatemaltecas utilizando referencias del pasado tal es el caso de la tesis de Miguel Ángel Asturias “El problema social del indio”,  en lo racial, sociológico, y psicológico a la vez coincidiendo que es un problema que se ha arrastrado del pasado.
            El punto medular del ensayo es lo pluricultural, multiétnico, multilingüe, y la diversidad de religiones que conforman Guatemala.  
            Nación y estado no son sinónimos, ya que el estado es la parte administrativa de ese ente mayor que se llama nación.  Y que la relación justa y ecuánime entre pueblos se dan en el campo de la nación, el deber  ser del estado, sería el reflejo de dichas relaciones, siendo el gobierno, como administrador parte de él. Aquí radica  el problema de Guatemala, ya que ni estado ni gobierno son el reflejo de la naturaleza de la nación.
            Para reflejar un estado ideal la lucha de los pueblos indígenas debe basarse dentro del contexto de nación, sin buscar intereses de grupo en particular frente al estado, como hasta la fecha, representado siempre desde la conquista por la minoría.
La división de grupos sociales entre mestizos e indígenas es la polémica que ha perdurado desde la conformación de los primeros en mención, este debate se da también sobre la cuestión étnica en el contexto de los cambios mundiales, en donde el pueblo indígena ha encontrado un espacio y oportunidades a nivel global, tal es el caso de la apertura para promulgar sus demandas y propuestas.
            Las comunicaciones electrónicas, por ejemplo, han hecho que los pueblos indígenas “sean vistos y escuchados” al mismo tiempo en los cinco continentes. El Movimiento Indígena guatemalteco ha aprovechado la globalización utilizándola para alcanzar sus objetivos.
En la postguerra la visión de Guatemala, en el contexto de la naturaleza de la nación es la posibilidades de la convivencia intercultural, con una perspectiva de resolver los conflictos a través de los medios políticos,  y el dialogo entre el pueblo indígena y el estado.
            La construcción de una nación pura, en donde el estado refleje esa fidelidad, según el autor es una tarea a largo plazo, y casi incierta, pero la construcción de esa posibilidad ya inicio.       
            Para la edificación de la nueva Guatemala,  se hace necesario no únicamente el uso de conceptos  y términos, sino es echar a andar una configuración de la nación  sin limitarse únicamente a la reconfiguración del estado como ente administrativo concentrado bajo la descripción de modernización.
            Por otro lado no debe de verse el caso inclinado a la resolución  de conflictos del pueblo indígena si no que debe incluirse y con especial cuidado al mestizo, ya que la pérdida de sus condiciones actuales, puede provocar una reacción defensiva lo cual seria nada beneficioso a esa Guatemala que se quiere construir. Y para ello las demandas de los pueblos indígenas deben convertirse en demandas nacionales.
            El acuerdo elaborado por el Centro de Estudios de la Cultura Maya, CECMA, exige 63 compromisos gubernamentales que reclama acciones puntuales  en cambios en las leyes y normas de la república, programas  proyectos;  y respuestas institucionales.
Se ha logrado algunos avances en el reconocimiento pluricultural y multiétnico guatemalteco, siendo mayores en el área cultural que en el campo económico, en donde la agricultura ha sido la base de este último como medio de subsistencia, viene al caso mencionar  que en las tendencias económicas mundiales, en la economía de mercado libre, las comunidades indígenas se han abierto paso, facilitándoseles los concepto de oferta y demanda ya que sus mercados comunitarios utilizan ese   mecanismo desarrollado por ellos a través de la historia, abonado a que la economía interna del país no la han conformado ellos.  
            En el campo político nacional, la participación del indígena en los poderes del estado, (ejecutivo, legislativo y judicial) ya se ve reflejada aunque aun no es representativo, siendo el legislativo  una muestra fehaciente que al llegar a ostentar posiciones privilegiadas primero responden  a los interese de sus grupos políticos que a su identidad indígena,  y únicamente en sus discursos reluce el tema de identidad como un caballo de batalla que disfraza el sentir real.
El autor  nos habla  de  discusión sobre la “identidad” está supeditada hacia el tipo, la forma, y el “modelo”  de Nación que se quiere para Guatemala. Es este el tema y la definición de la Identidad “nacional” como un reto fundamental para la “Construcción de la Nueva Nación Guatemalteca.”
            Mayas y Ladinos comparten en los recientes cinco siglos historias paralelas. Por “paralelo” no debe entenderse “iguales.” Sin embargo, aún en relaciones asimétricas de poder, se ha compartido el mismo “tiempo-espacio” con diferentes concepciones del mundo, de la existencia, del orden social, y del “yo.”
Coincido con el autor al decir que el camino hacia una nueva Guatemala, está lejos, por dos razones básicas:  la primera porque las secuelas de la época de la colonia, en donde el pueblo indígena fue sometido al dominio de la clase semi civilizada  aun persiste, gobernándose y legislándose a favor  de ciertos  sectores de las minorías, y la segunda porque el resentimiento del pueblo indígena está latente, vigorizándose con la discordia promovida por personas inescrupulosas, que creyéndose intelectuales, buscan el protagonismo en la sociedad, sin impórtales mas que sus interese particulares orientados  principalmente a lo económico.
Aunque el camino por recorrer es largo como lo describe el autor, cuando los guatemaltecos se identifiquen como una nación unida, con la aceptación y convivencia intercultural, se despegará hacia un camino al pleno desarrollo.   

La unidad nacional es casi inalcanzable, podrán promoverse cambios al sistema legislativo, podrán realizarse programas y proyectos, podrá haber  respuestas institucionales, pero si el corazón de los guatemaltecos está muy dolido, y la sociedad  repleta de personajes que juegan el papel de Caín, matando a su hermano o condenándolo a la miseria, no concibo esa nueva Guatemala en la naturaleza de nación si no dejamos los prejuicios y tomamos cada guatemalteco una reconciliación venida del alma y el corazón.
           

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